sábado, 7 de noviembre de 2009

Noticia: "Diario La Nación". Lo que las empresas no perdonan.

Nuevas reglas de juego
La llegada de Internet no sólo revolucionó el mundo de las comunicaciones y el comercio, sino que también fijó nuevas reglas de juego y modificó las existentes.
El ejemplo más claro está en el uso de los recursos tecnológicos de la compañía, entre los que se destaca el acceso a la Web y el correo electrónico. "La utilización indiscriminada de estas herramientas para fines personales es algo que provoca enojo y puede ser pasible de un llamado de atención", advierte Azarloza.
Lo mismo ocurre con las llamadas de larga distancia o el uso del fax y la fotocopiadora. Algunas empresas tienen controles que permiten monitorear las páginas Web visitadas por el personal y especificar el lugar y el tiempo de cada llamada.
Para Llaneza, el e-mail permite pasar por alto jerarquías, lo que irrita mucho a los jefes porque piensan que se está tratando de ocultar información:"El empleado puede evitar hacer copia del mail enviado y sortear la autoridad del superior con tanta facilidad, que muchas veces es el último en enterarse", asegura.
Otras regla histórica, rota especialmente a partir de la epidemia de las punto com, es irse y llevar consigo equipos enteros de trabajo para empezar un proyecto propio.
Pactos secretos
De todas las sanciones posibles que las empresas pueden realizar, como suspensiones, retiro de los beneficios o el despido, la más dolorosa es la que se aplica en el nivel corporativo, porque puede cerrar muchas puertas.
Según Llaneza, los pactos entre compañías para no contratar al empleado desleal existen y se reproducen con velocidad. "Estos acuerdos son reales -afirma-. He recibido correos electrónicos o cartas donde se comunica que determinada persona incurrió en ciertas transgresiones y no es conveniente contratarla."
A otros, en cambio, no les consta que existan pactos secretos, pero sostienen que estas cosas se saben en el momento de pedir referencias:"Las compañías tienen redes informales de comunicación, donde las recomendaciones siguen siendo muy importantes", opina Villavicencio.
Casi todos los consultados coinciden en que una buena manera de poner fin a este tipo de faltas, que perjudican tanto a la empresa como al empleado, es explicitarlas en un documento de ética. "La comunicación de los valores corporativos es el medio más eficaz para minimizar este tipo de acciones", sostiene el socio de Maica Palacios.
"Es importante tener estos códigos de conducta porque, además de ser una muestra de seriedad y madurez, sirven para que no haya dudas acerca de lo que está o no permitido", sostiene Azarloza.
Por su parte, Llaneza destaca: "El tema de usos y costumbres es mejor que esté explicitado porque, tanto la empresa como el empleado, pueden utilizar para su beneficio esas zonas grises que no están especificadas en ningún lugar", concluye.
Laura Reina

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